los que me visitan

20 de febrero de 2010

SoÑaR DeSpIeRtO


Una tarde, como otra cualquiera, dejo volar mi mente y cruzo imaginariamente la gran calle que se atisba desde mi ventana. Enseguida me elevó sobre la panorámica de la gran ciudad en la que vivo, hace ya cinco meses. Me dirijo hacia un futuro imaginario en el cual he cambiado, nuevamente, de lugar de residencia. Ahora me encuentro sobre una noche fresca del mes de agosto sobrevolando la ciudad donde vivo, me veo paseando muy bien acompañado por las calles de esa ciudad en la que tanto ansié vivir durante años. Es una ciudad maravillosa, sus calles, callejuelas y avenidas acogen a multitud de culturas, esta gran metrópolis cosmopolita alojada en el corazón de la Vieja Europa alberga bajo los pies de millones de personas, que siguen el curso de sus vidas sin inmutarse, una intensa historia; que nos remite a un presente bilingüe y "bicultural" pero apacible al mismo tiempo, bajo el cual , a su vez, se esconden cientos de idiomas, creencia y culturas que conviven armoniosamente día tras día en el complejo ajetreo y relax que cíclicamente se sucede a lo largo de los días y semanas, en fin a lo largo del transcurrir del tiempo.
Ese tiempo, que me ha llevado a realizar mis sueños y conseguir aquellas metas que había comenzado a fijarme diez,quizá quince, años atrás. Obviamente muchas se han modificado ligeramente adaptándose a las circunstancias de la vida. Pero lo importante es que la felicidad que se consolidaba a principios de aquel cercano y a la vez lejano 2010,había ido consolidándose a pesar de los naturales "alti-bajos" en el transcurrir de la existencia humana.
Sumergido de lleno en mi ensimismamiento; continuo soñando, casi alucinando,con lo que me deparará el futuro ,ajeno a la realidad que está sucediendo en las calles de la ciudad que tengo ante mis ojos, pero que no veo.
Sin esperármelo, una melodía de sobra conocida por mis oídos me devuelve, velozmente, a la realidad volviendo a sobrevolar el camino anteriormente recorrido; pero esta vez a toda prisa y en direción contraria sin detenerme a observar los detalles más mínimos de mi viajar imaginario. Finalmente regreso a la realidad cierro la ventana, como quién cierra las puertas de la imaginación,y contesto a la llamada que me hace continuar por el camino de mi día a día y que convierte lo recién "vivido" en un vago recuerdo que mantiene la ilusión.
Para algunos quizá sea locura, para otros sueños inverosímiles y para otros simples memeces.
Pero lo importante es que para mi supone una inyección de energía y me incita a luchar por mis sueños y a seguir viviendo esos momentos que maracarán mi vida y que agradezco a todos los que me rodean.